sábado, 22 de marzo de 2014

El mundo

No se, me siento un títere. Siento que cada acción que hago, cada torpez que cometo; ya están determinadas. Por una extraña razón, siento que alguien me controla, que alguien me dice lo que debo de hacer y lo que no. Por una extraña razón no me siento libre. Demasiado control, demasiada seguridad...
Me da pena ver a los niños por la calle y que quieran tirarse al suelo y que la madre vaya detrás de ellos diciendo: "no cielo, al suelo no, que te llenas de barro y te manchas y esta ropa es la ropa de los domingos." Me dan asco ¿sabéis? Me acuerdo que cuando yo era pequeña mi madre me dejaba, subía, bajaba, me tiraba por el suelo, hacia el tonto... Era feliz y ahora veo a esos pobres niños, sentados, mirando al suelo con ganas de tirarse a el y ser los más felices del mundo.
Algo así nos pasa ahora, estamos tan pendientes de nuestro mundo, de no caer y que nos riñan, que no vivimos la vida. Tanto estudio, tanto trabajo, tanto paro, tanto dinero... Y todo esto, ¿para qué? ¿Para qué luego gente del 3er mundo se muera de hambre? ¿Para sentirnos los más ricos cuando son dos o tres los que se llenan los bolsillos de dinero? No se vosotros... Pero yo este mundo no lo entiendo...